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EL ALMUERZO

Había un hombre que todos los días llevaba la vianda para comer en su trabajo. A la hora del almuerzo, cuando abría su paquete, sus compañeros eran testigos de su desilusión. El hombre invariablemente se quejaba de su sandwich de queso. Decía que estaba aburrido de comer siempre lo mismo, que el queso le caía mal, que le daba alergia, y tantas cosas más. Un día uno de sus compañeros harto de escuchar sus protestas, le dijo – Perdoná que me meta, pero todos los días te quejás de lo mismo. Por qué no le decís a tu esposa que te prepare otro tipo de comida. Si querés yo te doy un par de ideas. – A lo que el hombre le respondió : – Es que yo no tengo esposa. El sandwich me lo preparo yo.»

Como el hombre del cuento a menudo somos responsables de lo que nos pasa, pero no lo advertimos, por eso en lugar de tratar de cambiar, nos quejamos.