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SINDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

La palabra alienación remite a lo que es privado de su sentido, alejado de lo que le es propio o lo caracteriza. Por eso cuando hablamos de síndrome de alienación parental estamos refiriéndonos a aquellos padres (en sentido genérico) que no son reconocidos como tales o se le impide ejercer su rol.

Se da cuando uno hijo rechaza y niega a su padre o cuando uno de los progenitores se adueña del hijo y le impide al otro ejercer su rol. Los motivos de estas conductas deben ser investigados. Podría ser que el hecho obedezca a un comportamiento del padre excluido que justifique la reacción del hijo, pero nada justifica la destitución permanente que ejerce el padre alienante respecto del alienado.

RECONOCIMIENTO DEL SINDROME.

  1. Criticar los regalos, o ropa que el otro progenitor le compró o prohibirle ponérsela.
  2. Reprochar al otro progenitor el mal comportamiento de los hijos.
  3. No pasar las llamadas telefónicas a los hijos.
  4. Organizarle actividades a los hijos durante los horarios de visita del otro progenitor.
  5. Interceptar el correo o los paquetes mandados a los hijos.
  6. Insultar o denigrar al otro progenitor delante los hijos.
  7. No informar el otro progenitor sobre actividades escolares donde estén citados ambos padres.
  8. Impedir al otro progenitor de ejercer su derecho de visita.
  9. No avisarle al progenitor de citas médicas o psicológicas.
  10. Tomar decisiones respecto a los hijos (cambios de escuela, mudanza, etc) sin consultar el otro progenitor.
  11. Impedir el otro progenitor de acceder a los expedientes escolares y/o médicos de los hijos.
  12. Hacer que la nueva pareja ocupe el rol del progenitor que se fue y lo haga llamar papá o mamá según el caso.
  13. Irse de vacaciones sin los hijos y dejarlos con otra gente aún cuando el otro progenitor esté disponible. Demás está decir que hay casos en que este síndrome se da sin haber separación. Hay padres o madres que descalifican a su pareja delante de sus hijos al punto de destituirlos en su rol.

HIJO:

El hijo que desconoce a uno de sus padres como tal, lo denigra, lo niega es un hijo que se queda huérfanos de uno de sus padres, lo que le genera inseguridad, desprotección, baja autoestima, bronca y resentimiento. Este niño no sólo pierde uno de los pilares de apoyo, sino que queda a merced del otro progenitor que, por muy buenas intenciones que tenga, no tiene otro que equilibre su poder.
El niño baja su autoestima porque termina sintiendo que él como hijo no ha sabido promover cuidado y protección por parte del padre destituido, además de sentir la falta afectiva en comparación con la familia ideal que él ve en otros niños.

PADRE ALIENADO:

Como dije anteriormente puede ser padre o madre y en éste último caso a veces quien lo aliena son sus propios familiares. Abuelos que se hacen cargo del cuidado de los chicos y desplazan y desvalorizan la figura materna (robo de la función) .
El padre comienza sintiéndose sin derechos, confundido, impotente, desvalorizado y esto lo puede llevar a la depresión profunda, o a el abandono de su lucha y el cumplimiento de la profecía de abandono.

PADRE ALIENADOR:

Suelen ser padres sobre protectores que se hacen cargo de sus hijos por no dejar el espacio al otro. La verdadera razón es que les cuesta negociar, compartir.
Personas muy controladoras, a veces inestables, tomadas por resentimientos y con sed de venganza.
No dudan en excluir al quien les estorba en sus proyectos o al que odian. Están convencidos que lo que es bueno para ellos lo es también para su hijo de quien no ven las verdaderas necesidades-

SOCIALMENTE :

Se puede decir que es un síndrome relativamente nuevo quizás porque antes las parejas parentales eran más estables y esos roles eran respetados por mandato. Hoy, no sólo hay separaciones sino que además los roles tampoco están del todo claros; sobre todo el paterno. Desprovisto de la función proveedora que la puede realizar cualquiera, incluso la propia madre, ¿Cuál es la función paterna? se preguntan muchos.
El rol paterno es tan importante como el materno y así como no se puede reemplazar la teta por un biberón, tampoco se puede cambiar el padre por otra cuenta bancaria.

Pero este sería el aspecto social por el que cada vez se da más este síndrome que todavía no es reconocido como patología por el DSMV, manual de enfermedades mentales. Los detractores de este síndrome opinan que enmascararía la posibilidad de que el niño desconozca al padre o madre por reales fallas en ellos (abuso de todo tipo).

Por otro lado están los que consideran que esta privación del rol trae consecuencias terribles tanto en el padre como en el hijo, y que hay que reconocerlas e investigarlas porque muchas veces son ocasionadas por la mala intención de uno de los progenitores a menudo aconsejados por sus abogados.
Particularmente estoy convencida que es un síndrome que trae nefastas consecuencias tanto para el padre como para el hijo, y que sin dejar de investigar el origen del rechazo del hijo o la verdadera motivación de la acusación del otro progenitor en lugar de desconocer la situación, hay que trabajar con la familia para preservar los derechos de cada uno.