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PENSANDO EN LAS VACACIONES

Todo el año pensando en las vacaciones, una situación ideal que solo podemos disfrutar una vez al año. Cada uno ha creado sus propias expectativas respecto a ella. Se ha refugiado en sus sueños de descanso, y por eso cuando se plantea el tema cada uno se remite a su propia idea.

El tema es justamente eso. Hablamos de las mismas cosas, «divertirse» «descansar» «relajarse» «Salir de la rutina» pero no siempre estas palabras significan lo mismo para todos. Quizás, el que menos imagine sea el más chico, aunque, tal vez recuerde que le gustaría volver al acuario aquél… claro en una playa popular, lejos del verde caribe y que nada tiene que ver con los árboles de papá en la montaña y menos con las discos de sus  hermanos…
Cada uno tiene una situación muy ideal para las vacaciones y… sin pensar más allá, da por sentado que el otro la comparte. Por eso, cuando surge la pregunta, hay que charlar sobre las fantasías de cada uno, porque no alcanza con que cada uno imagine ese algo distinto o no tan distinto que quiere hacer, es importante explicitarlo porque los que se van a ir de vacaciones es todo el grupo.

Entonces… consejo número uno: cita en el living y charla, con gaseosas, masitas, distendidos… para tratar el tema “vacaciones”.

Quiero de verdad descansar
La mujer para verdaderamente descansar por lo general siente que debería descansar de las cosas cotidianas. Pero cuidado: durante todo el año está esa rutina de la que todas solemos quejarnos a ultranza, pero que está estructurada: hay un tiempo que la pareja dedica a los chicos, un tiempo al trabajo, un tiempo para los dos. Ese esquema está armado por las actividades cotidianas y funciona también como una forma de contención. Cuando llegan las vacaciones, el esquema desaparece… Entonces es posible que esa mujer que imaginó huir de la rutina  se encuentre realmente sin parámetros, pero con obligaciones: la ropa de los chicos tiene que estar preparada, pero la mucama no vino a la playa; hay que pensar en las comidas de la familia porqueque no siempre va a comer afuera; hay que ver qué llevan a la playa o cómo resuelven la vianda del más chico que no le gusta nada de lo que hay en el restaurante, porque odia las rabas, los caracoles y todo menú que venga con las olas y peor aún, tampoco come los fideos porque no son como los de casa… Y es más: no hay turno escolar, no hay jardín maternal, no hay escuela, clase de gimnasia, club… los chicos están ahí y preguntan, piden, demandan, se aburren o quieren estar todo el día en actividad. Por eso… el cambio de rutina no debe alarmar… siempre y cuando podamos planificar cómo vamos a encarar esos días, cómo vamos a resolver esos problemas para armonizar los deseos de todos… ¡Y sin empleada!! Por eso, muchas mujeres dicen: quiero menos días, pero en un hotel; o quiero llevar a la empleada o quiero que venga alguien que me ayude o… o… o… pensar qué haremos con esas realidades que sí o sí se van a presentar. ¿Quién se va a hacer cargo de los chicos cuando la pareja quiera salir? ¿Quién va a ayudar o cómo van a colaborar todos para que la ropa, la comida, el bañarse, el arreglarse, el ir a la playa o salir de excursión sea no un problema sino un momento de placer? ¿Pensamos en invitar a mamá? Tal vez nos diga que sí, feliz, hasta que ponga cara cuando vea que a la hora de salir de noche ella se tenga que quedarse con los chicos. Y si la cara es de la suegra… bueno, puede resultar bastante peor. En definitiva, hay que hacer un acuerdo, con los chicos, con la pareja, con los abuelos, con quienes vayan a ayudar… contemplando todos los pormenores.
• Para las parejas con hijos pequeños es fundamental que piensen que estarán quince días solos con sus chicos, sin nadie más. Deben pensar en los fines de semana cuando están solos y trasladar la situación a quince días. Entonces es bueno pensar en llevar a alguien para que los ayude, pero ese alguien tiene que saber que cumplirá esa función. También es bueno elegir un lugar para ir donde vayan otros matrimonios conocidos que tienen chicos en la misma situación, entonces es más fácil que los chicos se entretengan unos con los otros y que los padres también se entretengan entre ellos y además sean más para cuidar a todos. Es una manera también de sentirse más apoyados. Y esta situación ayuda a que surjan alternativas para compartir, hacer actividades deportivas, jugar a las cartas, combinando gustos, entre varios. Entonces es más fácil que logre su sueño aquella mujer que imaginó estar tomando sol con su capelina un rato en la playa sin que los niños le revoleen la arena con la palita, porque habrá otros que los entretengan o que el hombre que quería dormir la siesta pueda hacerlo mientras otros comparten con su familia.
• Si se tiene hijos de edades muy distintas, hay que saber que serán los chicos los que pongan el ritmo a las vacaciones. Tipo de juegos, lugares para visitar, formas de transitar por la noche. Armonizar las necesidades de las distintas edades será una tarea que habrá que encarar sabiendo que ellos están primero. Y es algo que los adultos deberán aceptar porque es mucha la variedad de actividades. Allí hay que pensar muy bien qué lugar elegir que ofrezca posibilidades para los más chicos y para los adolescentes.
• Si los chicos son solo adolescentes, también habrá que tener en cuenta sus expectativas: qué actividades querrán realizar; qué seguridad tendrán por la noche, si es que van a salir a bailar; contemplar la posible compañía de un amigo. Hay que recordar que un adolescente aburrido ¡puede arruinar las vacaciones de cualquiera! Es muy importante que tenga amigos cerca. Ellos necesitan pares y no están bien con los adultos. Y si están muy aburridos no van a demandar como los más chicos… pero la cara que haya  que soportarles no va ser fácil de sobrellevar. Por otra parte, es posible que el padre o la madre sueñen con compartir con su hijo o su hija ciertos momentos… pero a no ilusionarse demasiado: es probable que se enchufen a los jueguitos, que se encierren en su mp3, que se cuelguen del chat y que ni se asomen al sol… Esa actividad que suelen hacer en la ciudad todo el año es probable que la continúen, entonces, es mejor saberlo… y no sumar una frustración a las vacaciones pensando ¡qué fantástico lo vamos a pasar con los chicos! Y es fundamental hablar sobre el tema noche: qué se les va a permitir y qué no. Y en esto el  lugar elegido es importante, porque hay destinos que son más seguros para que los adolescentes circulen solos para ir a bailar y otros que no permiten esa libertad porque es peligroso. ¿Van a salir en auto por la noche? ¿Podrán salir en ese destino a manejar el auto con 16 años igual que cuando están en el country? ¿Tendrán en ese lugar la libertad que tienen en el country en cuanto a horarios y circulación segura? Y no olvidemos otro tema: los adolescentes del country están muy acostumbrados a estar con otros chicos de su edad y esta es una variable que en las vacaciones también hay que contemplar.
• Viajar a destinos lejanos es otro tema importante. Hay destinos que no son para ir con los chicos: Europa en invierno y a ver museos, no es buen programa. Implica caminar, recorrer y apreciar un caudal cultural de gran exigencia. Puede resultar muy caro y poco aprovechable para los chicos. En cambio, un programa de turismo aventura es ideal para compartir con los hijos, al igual que un destino caribeño, en un hotel del tipo all inclusive.
• Pero el riesgo mayor está en los destinos cercanos. Porque elegir destinos lejanos no implica que toda la familia averigüe de qué se trata y tenga un cúmulo de expectativas más o menos explícitas. En cambio, cuando se eligen destinos que se suponen conocidos, en el país, es fácil la confusión porque la playa, la montaña, la sierra, da para pensar y dejar volar la imaginación de cada uno muchas veces sin compartir y constatar las expectativas del grupo y allí aparece el peligro de que las vacaciones se conviertan en un itinerario poco feliz.
• ¿Qué sucede cuando uno quiere ir a la montaña y el otro a la playa? No queda otra que negociar, pero en una negociación que respete las prioridades de ambas partes. Si uno quiere el mar y el otro la montaña lo ideal es no quedarse tironeando de la opción montaña o mar. La pregunta aquí que se impone es: ¿qué querés hacer en la montaña? y ¿qué querés hacer en el mar? Entonces probablemente uno diga descansar, salir a caminar, estar en el agua, tomar sol sobre la arena… , estar tranquilo, tener bullicio y diversión, entonces según estas prioridades se puede buscar un destino que respete las necesidades de cada uno. Por ejemplo, en la montaña se puede ir de trekking pero también tomar sol sobre la arena en una playa del lago. O en la playa es posible tomar sol, pero también en tal o cual destino playero hay tales o cuales opciones de trekking. Y dentro de este panorama la pareja tendrá que pensar ¿y los chicos… dónde van  a estar, qué van  a hacer? Y allí redondear el tema para tomar una buena decisión.
• Y cuando los chicos se llevan materias… ¿Cuáles pueden ser las mejores vacaciones? Aquí los que más se enojan con la situación son los padres que suelen sentir que el chico les arruina las vacaciones. Ir con los libros a cuestas, no tiene sentido. Que los chicos se queden porque tienen que estudiar y los padres salgan de vacaciones es el pasaporte seguro a que los hijos no estudien. De modo que si hay que estudiar, yo creo que lo mejor es o que las vacaciones sean cortas para todos y regresen antes para que el chico tenga tiempo de estudiar o que toda la familia se quede, el chico estudie como corresponde y en todo caso, luego, los padres se tomen unas vacaciones solos. O bien que la familia completa vacacione en otro momento del año, cuando todo esté en orden en materia de estudio. En este sentido hay que poner la luz roja sobre un tema: no es aconsejable entrar en el manejo de los chicos que no estudian durante todo el año y sobre los últimos meses  con un arsenal de profesores salen a flote, llevándose materias. No es buen ejemplo tener tiempo libre todo el año y a último momento querer  hacer todo, engaño en el que los padres entran para facilitarle al chico las cosas, gastando un dineral en profesores para así poder ir todos de vacaciones. Lo ideal es que si no estudió, todos se quedan y los que luego se van, sean los padres. Si no, esos esfuerzos se repetirán año a año y el conflicto también. El chico tiene que hacerse cargo del costo de su acción. Cuando el costo lo paga el otro, el chico no aprende y no cambia.