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LO QUE LE FALTÓ APRENDER A ADÁN Y EVA (NUEVOS ARTÍCULOS)

LA PAREJA Y LA TECNOLOGÍA.

Terapeutas y abogados de familia sabemos lo mucho que está influyendo la tecnología en la constitución y desvinculación de las parejas.

A través del celular, Chat, facebook se realizan y descubren infidelidades .

Basta con entrar a estos sitios íntimos, privados para descubrir pensamientos y acciones de la pareja, que ni siquiera sospechábamos, porque entrar allí es como meterse en la cabeza del otro.  Por eso creo que es útil reflexionar un poco sobre este punto.

La computadora es la extensión de nuestro mundo interno, allí están nuestros deseos, pensamientos, tendencias. Ese material que antes era privado ahora se vuelca al mundo.

Ya no basta con pensar en la intimidad del silencio. Si abrimos nuestra computadora, nuestras curiosidades, intereses, fantasías pueden encontrar una vía de satisfacción.

Todo se googlea, la PC nos permite entrar, investigar, probar y hasta compartir nuestras fantasías. Para quien lo hace, esto puede ser totalmente inocente, algo íntimo de lo que no tiene por qué dar cuenta, sin embargo cuando la pareja tiene acceso a estos archivos, páginas, mails, se espanta. Igual que se hubiera espantado cualquier pareja que en otra época hubiera tenido acceso a los pensamientos íntimos de su compañero/a.

Me parece escuchar la protesta de quienes leen esto cuestionando que la web no es lo mismo que el pensamiento. Hay un destinatario, hay otro, no queda en la interioridad de alguien como antes.

Y yo respondo, en parte sí, admito que estas fantasías o deseos tienen oportunidad de satisfacerse a través de la web  de manera exponencial. ¿Pero acaso antes los pensamientos quedaban sólo como eso? ¿No movilizaban actitudes, intenciones? Es difícil asegurar que no. Es cierto que los riesgos se han multiplicado, y como decía antes las posibilidades de llevar a cabo los deseos también. Pero eso es en todos los órdenes. Estamos expuestos a un mundo cambiante y cada día es más difícil lograr el equilibrio. Apenas nos quedamos pegados a algo, la situación cambia y nos desestabilizamos. Se podría afirmar que el signo característico de este momento es la incertidumbre. Hoy el desafío es acompañar el movimiento, ser flexible.

Entiendo que nada de esto es fácil, pero nadie dijo que lo fuera. Tampoco nos preguntan si era mejor antes que hoy. Ésta es nuestra realidad y con ella debemos vérnosla.

Estar en pareja hoy es mucho más difícil que antes. Estamos expuestos a más opciones, la tentación es permanente, las posibilidades de llevar a cabo las fantasías, infinitas. Antes se elegía una vez y para siempre. Ahora elegimos a cada paso.

Volviendo al tema de la computadora como extensión de nuestro mundo interno. Un mundo que además se puede compartir de forma virtual.

Veamos un poco qué significa ese mundo para quien lo está usando.

Significa una posibilidad de salir del conflicto, la frustración cotidiana y adentrarse en un espacio que uno puede controlar con solo hacer click. Abriendo y cerrando una pequeña ventana en nuestra PC.

Un lugar donde por un momento uno puede ser distinto. Donde puede personificar ese nick, encarnar el personaje que hubiera podido ser y no fue, el que transita por el camino que uno dejó atrás y uno supone completo y feliz.

También es el lugar donde uno encuentra un amigo virtual que puede escucharlo todo sin horrorizarse, sin poner mala cara, sin demandarnos. Ese amigo que nos dice lo que queremos escuchar.

Es el lugar donde seguimos seduciendo, el que nos permite seguir siendo lo que éramos antes de comprometernos. La PC nos brinda esa posibilidad.

Algunos están pensando que eso es no comprometerse, que elegir es dejar algo para tener otra cosa. Totalmente cierto. Una de las características de este momento es esa indefinición. Es ese navegar todo el tiempo por aguas borrosas, es el gris como color que lo empareja todo. Ya no hay blancos y negros. ¡Qué fácil resultaba todo cuando las cosas estaban polarizadas! ¿Pero era más cierto y verdadero aquello que esto?

Creo que ni siquiera importa si es o no, cierto o mentiroso. Las cosas hoy son así. Y tanto cambiaron que están cambiando las leyes. Ya la infidelidad no es causal de divorcio, tampoco que la gente conviva o no. Ya no hay obligación de habitar el mismo techo, uno puede divorciarse con solo ir y plantearlo a un juez. No se necesita la conformidad del otro. Si uno no quiere, dos no pueden formar una pareja.

También estamos considerando qué es la infidelidad. Cada uno tendrá sus límites. ¿Tener una touch on go es infidelidad? ¿La amistad virtual lo es? ¿Mirar a otras mujeres u hombres? ¿No hacer nada pero estar profundamente enamorado de otro?  ¿Tener una experiencia sexual y que el compromiso afectivo continúe con la pareja? ¿Esto es posible?

¿Se puede amar a alguien y excitarse con otro?

Algunos dicen que sí, otros que es imposible. Hay personas que toleran determinadas cosas y se espantan con otras.

Miles son las preguntas que se podrían agregar a esta lista. Cada uno tendrá sus propios límites, y eso es lo que uno acuerda con la pareja. Es personal, por eso no es una falta que pueda universalizarse como causa de divorcio.

CASOS CLÍNICOS

Analia y Cristian se casaron hace tres años y no tienen hijos. Desde un principio el problema fue al computadora. Cristian se pasaba horas en su PC, los fines de semana prefería jugar a salir con Analia, pero lo que los trajo a sesión fue algo diferente.

Analia entró a la computadora de su marido y encontró que chateaba con una joven de 20 años, 10 menor que él. Cuando lo vio, se sintió tan descompuesta que no pudo investigar demasiado, sólo tenía claro que la actitud de ambos era de seducción. No sabía cuándo había comenzado, ni si se veían.

Apenas se repuso del shock, fue al dormitorio donde su marido se cambiaba y comenzó a golpearlo. Cristian entendió lo que había ocurrido aunque no llegaba a comprender lo que su mujer le decía entre gritos y sollozos.

Explicó la situación como un juego, como algo totalmente inocente que jamás pasó de su condición de virtual.

Me sorprendió que Analia no quisiera corroborar lo que su pareja le decía. Continuó enojada, dijo no saber si podía o no perdonarlo, sin embargo en ningún momento volvió a revisar.

Pasó una semana antes de que se reconciliaran. Ella mantuvo una actitud distante, sin siquiera dirigirle la palabra y él aceptó el castigo de manera sumisa- Por esa semana cada vez que abría la computadora trataba de que ella viera que estaba jugando y no chateando.

Vinieron a verme luego de 3 meses de la supuesta reconciliación. Si bien Analia optó perdonarlo, lejos estaba de haberlo hecho. Cada tanto le reprochaba su actitud. Ante cualquier falta (no ayudar con los quehaceres domésticos, negarse a ir a un Shopping ) ella sacaba a relucir su falta de lealtad y de alguna manera eso se había convertido en un arma para manipularlo.

Trabajamos sobre esto en las dos primeras entrevistas y ella se mostró dispuesta al cambio. De hecho no volvió a reprocharle lo ocurrido, pero lo que quedaba más claro es que no había podido recuperar la confianza. Descubrió que no se trataba de una decisión. No podía creerle por decreto. No bastaba con que pusiera fuerza de voluntad. Cada vez que lo veía con la computadora ella se sentía insegura y más de una vez estuvo tentada de revisarle el celular y la PC.

Analizamos como no había nada que calmara sus dudas; había descubierto que detrás de la computadora había un mundo incontrolable y su marido tenía la inquietud de descubrirlo. Quizás sólo se tratase de jugar, pero no podía asegurarlo.

Durante varias sesiones trabajamos el tema de la incertidumbre. Cómo habían desaparecido los seguros. Nada ni nadie podía asegurar nada, el universo actual, en permanente movimiento es incontrolable. Pero Analia es una mujer que necesita de ciertas seguridades. Entendió que el control es una ilusión. Nunca nadie puede hacerlo, pero también descubrió que al menos quería intentar con alguien que no la hubiera engañado.

Quise hablar de este caso, que terminó en divorcio, porque creo que para todos quedó claro que la confianza es algo que hay que cuidar. No depende de la voluntad, y a veces cuando se resquebraja es imposibole de reparar.

Por supuesto que esto tiene que ver fundamentalmente con los miembros de la pareja y el hecho que haya ocasionado la defraudación.

En todas las parejas uno de los pilares es la confianza, pero las reglas o creencias para recuperarlas son diferentes en todos los seres humanos. Hay algunos más flexibles que no ponen reglas demasiado rígidas, otros tienen expectativas menos exigentes, a algunos les es imposible funcionar incluyendo la incertidumbre, otros saben que es parte de la realidad y aunque no les gusta, tratan de adaptarse a ella.

No estoy diciendo que algo sea mejor que lo otro. Estoy describiendo posibilidades y tratando de trasmitir que uno debe ser consciente de cuáles son los riesgos, y por qué uno puede llegar a elegir la difelidad y resignar el deseo.

En este caso como en todos los de infidelidad el problema es el límite. Uno transgredió los límites o reglas internas de la pareja y eso tuvo consecuencias.

CASO 2

Laura y Ezequiel se habían ido a vivir juntos hacía 5 años. Vivían en el departamento de ella. Ella se iba a las 9 de la mañana dejándolo dormido y volvía 10 horas después y lo encontraba jugando con la computadora.

Si bien en un principio él colaboraba económicamente en la mantención de los gastos, desde hacía un año estaba sin trabajo, y por lo que se veía no parecía que eso se revirtiera.

Ezequiel tenía una historia laboral muy inestable, era vendedor y nunca había permanecido por más de diez meses en un lugar.

Del último lugar lo echaron y no había logrado encontrar un nuevo sitio, tampoco iba a entrevistas ni siquiera leía los clasificados del diario. Buscaba trabajo por la web, y mandaba CV. Mientras esperaba una respuesta él seguía levantándose tarde y jugando con su PC.

-Ya no quiero más seguir haciéndome cargo de todo.

-Perdón de la casa me ocupo yo.

-¿Lavar dos platos y hacer algunas compras es hacerte cargo de la casa?

-Llevo la ropa al lavadero, preparo la comida.

-Ponés los congelados en el micro onda. Cuando hay que cocinar lo hago yo . De todos modos no quiero un amo de casa. Quiero un compañero que trabaje a la par mía.

-Deberías haber elegido un profesional entonces.

-¿Qué boludez estás diciendo? La gran mayoría de los trabajadores no tienen ningún título.- dirigiéndose a mí dice: – Lo que no soporto es llegar y encontrarlo con la compu, que se quede hasta altas horas jugando porque total al otro día duerme toda la mañana.

T -Debe ser duro a tu edad tener un hijo tan grandote.

-Yo pensé que las parejas se bancaban en los momentos malos y no por eso dejaba de ser una pareja.

-Pero esto no es un momento, hace un año y no tiene pinta de terminar.

-El país está en crisis. ¿No te enteraste que hay desocupación?

 – Jamás te vi agarrar el diario ni ir a ninguna entrevista. – Volvió la mirada hacia mí – No mueve un dedo para cambiar la situación.

T-Será más fácil escuchar tus protestas 2 horas por día, que tolerar un jefe durante 8.

Pero para mí es demasiado pesado. No quiero más esto.

T – Entonces deberás decírselo.

-Todo el tiempo se lo digo.

-Todo el tiempo protestás. Decirle que ya no tolerás es pedirle que vuelva cuando haya encontrado trabajo.

Perdón, no entiendo esta terapia de pareja. Ud en lugar de ayudar a ponernos de acuerdo le dice que me patee.

-¿Y cómo sería ponerlos de acuerdo?

-No sé, para eso está usted.

T – Bueno, lo que yo veo es que ella quiere cambiarte y vos justificar una actitud que no tenés intención de cambiar.

No es así. Yo quiero conseguir trabajo, pero no cualquier cosa. A esta altura de mi vida no voy a permitir que me exploten.

-A esta altura deberías tener menos pretensiones porque a tu edad y después de no trabajar durante tanto tiempo, no sos un buen candidato para nada.

Se hizo un silencio, Ezequiel  hizo un gesto como diciendo “ve las cosas que me dice”

T – En todas la experiencia laboral que has tenido ¿Alguna te gustó?

La verdad es que no tuve suerte con los trabajos. Sólo que antes uno podía elegir más, ahora con la crisis…

T – Si nunca encontraste uno, quizás debas pensar que lo que vos querés no existe. Las reglas laborales son más duras de lo que te gustaría.

Es así como usted dice. Espero que al escucharla se convenza de una vez por todas.

T : Por lo que veo, vos viniste a la terapia con la ilusión de que yo lo convenza de lo que vos no podés convencerlo.

Pero no es una idea loca mía. Usted y todos opinan como yo.

-Para el estilo de pareja que querés, es así. Pero parece que el desea otro tipo de pareja, alguien que lo adopte como un hijo, aunque lo rete.

No entiendo porque insiste con lo del hijo. Yo no quiero una madre.

T – Alguien que te tolere incondicionalmente sin que vos le des nada es una madre.

 Yo no estoy preparada para decirle que se vaya. Me gustaría intentar algo antes.

T – Podés intentar ver cómo te las arreglás sabiendo que él continuará igual. Hasta ahora te  consolaba la idea de que podía cambiar, pero sabiendo que no.

-Porque habla como si yo no estuviera presente. ¿Acaso me preguntó a mí si quiero cambiar?

T – Has tenido tiempo de decirlo. Lo que pasa es que solo te escuché dar razones para no salir a trabajar.

No trabajo porque no me llaman.

-Entonces es hora de entender que el tipo de trabajo hoy podrías hacer está al comienzo de una larga cola de algún anuncio de los clasificados.

Si yo pongo mi propiedad a un precio y después de un año nadie preguntó por ella, es que debo bajar las pretensiones.

Al terminar la entrevista le di a Lauratarea, tenía que tratar de ver cómo se acomodaba a la situación de no cambio de él.

  • ¿Y a mí no me da nada?

T – Si querés intentar hacer un cambio, sabés de sobra qué es lo que tendrías que hacer.

-Sé lo que me dice ella, pero usted.

T – Si Laura te viene pidiendo  durante un año que busques trabajo y no hiciste, ¿por qué me harías caso a mí? No me gustan las frustraciones.

Se fueron con un sabor amargo, sobre todo Ezequiel. Mi estrategia fue desafiarlo. Si él quería demostrarme que todavía se podían ponerle algunas fichas, haría algo. Si no se enojaría mucho y pretextaría de que no era una buena terapeuta. Mis expectativas estaban puestas en Laura. Primero porque era la única que estaba angustiada y mal. Era quien no quería seguir con la situación tal como estaba por lo tanto motivada para cambiar. El único cambio posible era que se enfrentara a la realidad de ese momento. Él no estaba interesado en cambiar. ¿Quería ella ese tipo de pareja?

Hay un momento en el que las palabras no alcanzan, hay que motorizar acciones. El paciente se resiste porque no quiere pagar el precio que esa acción representa.

Dos días antes de la próxima sesión, quincenal me llamó Laura. Ezequiel no quería continuar. Me dijo que al principio ella se enojó mucho conmigo por no haber tratado de captar a Ezequiel como paciente. Que le había parecido expulsiva, pero que el día anterior se dio cuenta de mi estrategia. Quería entrar en terapia individual para tomar fuerzas y separarse de esa relación que no iba a ninguna parte.

Cada uno de estos casos clínicos podría integrar otro de los capítulos del libro. El primero infidelidad, el otro Dinero en la pareja, pero los puse aquí porque la PC fue no solo el disparador, sino un elemento fundamental en estos conflictos.

En el primer caso muestra muy a las claras como la computadora es una ventana que va directamente del mundo interno al afuera, y es imposible de controlar.

En el segundo caso la computadora, los juegos de red son la expresión de un mundo infantil adecuado a los deseos. Como ocurre con las personas que no terminan o no quieren madurar encuentran que el mundo virtual es más benévolo y fácil que el real.

En todos estos casos el mundo virtual es un escapismo que permite sostener la ilusión de que algún día las cosas cambiarán. De que es cuestión de tiempo y el afuera será igual al adentro.

Lo distintivo de estas personas es que en lugar de cambiar y adaptar el adentro, su psique, tratan de adaptar al mundo a sus necesidades.