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EMBARAZO ADOLESCENTE

Cada día son más las adolescentes que se embarazan. Una de las respuestas que nos damos es que carecen de educación sexual.
Sin embargo es común que estas jóvenes hayan buscado el embarazo o no han tomado medidas que si conocen porque en el fondo lo buscaban.
A los adultos les cuesta creer que esto sea así, porque piensan en las consecuencias negativas que un embarazo puede tener para la joven, pero no es así como lo viven muchas de ellas.
A menudo son muchachas con problemas familiares y afectivos que creen encontrar en un hijo un lazo de amor fuerte, y estable (para toda la vida). Una relación que no las abandone como quizás sus padres o parejas circunstanciales.
Por cierto que están invirtiendo lso términos del vínculo. Esperan que el hijo las salve de su situación de vacío, sin reconocer que en tanto vacías poco pueden darles ellas a estos hijos. . A menudo no tienen proyectos. Un hijo es lo más propio que puedan tener.  Imaginan su futuro como ejes de un hogar, y el embarazo no es más que un adelanto de lo que sería para ellas su meta definitiva.
No deberíamos olvidar que los adolescentes miran a sus madres y aprenden que los vacíos afectivos pueden llenarse con la relación con el otro. Y este otro constituye una seguridad de afecto y compañía. Alguien de quien ocuparse.
Creo que es fundamental reconocer estos datos, para poder ayudar a estas adolescentes y a los niños que nacen de ellas.

Decirles que perderán su oportunidad de vivir la adolescencia, que las trabarán en su crecimiento futuro. Si ellas vienen de hogares a menudo carenciados, con un hijo no aliviarán esa carga , sino lo contrario.
Pero esto no es suficiente. Sí ayudarlas a que tengan una meta. Darles posibilidades de crecimiento.
En tanto las jóvenes puedan tratar ese vacío de proyectos, vacío afectivo, será más fácil que se protejan.
Protegerse del embarazo es también protegerse de enfermedades sexuales. Una joven que lo hace es porque tiene buena autoestima, espera de ella algo mejor. Cree que puede poner condiciones de cuidado en una relación de pareja.
En tanto reconozcamos todo lo que se pone en juego en una reproducción responsable u conciente, podremos ayudar mejor a nuestros adolescentes.
Brindarles, educación sexual, y elementos para protegerse es una parte indispensable del camino, pero no todo. Habrá que trabajar con la contención familiar, con la autoestima, con los proyectos de futuro, con el reconocer que las acciones tienen consecuencias, y que uno puede hacer algo para vivir mejor, o al meno para no empeorar.