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Se llama duelo a la situación emocional que se pasa luego de una pérdida. Los seres humanos estamos expuestos permanentemente a situaciones de duelo (pérdidas) , algunas más leves y llevables y otras más graves. La severidad del cuadro muchas veces no guarda relación con la importancia de la pérdida , sino con la manera particular que tenga el individuo de aceptarla.

CUADRO CLÍNICO
El cuadro se presenta tristeza, disminución del estado de ánimo, ideas de culpa o reproches (lo que podría haber hecho, y no se hizo), acompañado incluso de ideas sobre la propia muerte, ya sea como deseo , o como temor, disminución del apetito , insomnio , propensión a enfermedades ( por baja de defensas), y cambios  o alteraciones en la actividad social y laboral .
Puede haber también  ansiedad , crisis de angustia por lo que es común el consumo de psicofármacos .
La sociedad actual con sus demandas exigentes y narcisistas no deja espacio para la faltas que deben ser rápidamente reemplazadas y disimuladas , y tampoco hay espacio para el duelo , por lo que a menudo lo absorbe el propio cuerpo dando lugar a enfermedades físicas .

PERÍODOS
1 – NEGACIÓN
2 – IRA
3 – DEPRESIÓN (ideas de culpa)
4 – LENTA RECUPERACIÓN

No hay tiempo para estar de duelo, depende de PERSONALIDAD, VÍNCULO, CINRCUNSTANCIAS DE MUERTE, ENTORNO

TIPOS DE DUELO
INHIBIDO:
Anestesia emocional

NO RESUELTO:
Fijado en la persona fallecida

ENMASCARADO: Problemas físicos

PROLONGADO:
Se queda en la etapa depresiva

Duelo anticipado (premuerte). Es un tiempo caracterizado por el shock inicial ante el diagnóstico y la negación de la muerte próxima, mantenida hasta el final, por la ansiedad y el miedo. Deja profundas huellas en la memoria.

Duelo agudo (muerte y perimuerte). Son momentos intensísimos y excepcionales, de verdadera catástrofe psicológica, caracterizados por la anestesia emocional e incredulidad ante lo que se está viviendo.

Duelo temprano. Desde semanas hasta unos tres meses después de la muerte. Tiempo de negación, de estallidos de rabia, y de intensas oleadas de dolor incontenible, profundo sufrimiento y llanto.

Duelo intermedio (meses, años después de la muerte). Tiempo a caballo entre el duelo temprano y el tardío, en el que no se tiene la protección de la negación del principio, ni el alivio del paso de los años.  Es un periodo de tormenta emocional y vivencias contradictorias, de búsqueda, presencias, culpas y autorrepoches,… donde continúan las punzadas de dolor intenso y llanto, y en el que se reinicia lo cotidiano, comenzándose a percibir progresivamente la realidad de la muerte, es también un tiempo de soledad y aislamiento, de pensamientos obsesivos,… Se va descubriendo la necesidad de descartar patrones de conducta previos que no sirven y se establecen unos nuevos que tengan en cuenta la situación actual de pérdida. Este proceso es tan penoso como decisivo, ya que significa renunciar definitivamente a toda esperanza de recuperar a la persona perdida. Los períodos de normalidad son cada vez mayores. Se reanuda la actividad social y se disfruta cada vez más de situaciones que antes eran gratas, sin experimentar sentimientos de culpa. El recuerdo es cada vez menos doloroso y se asume el seguir viviendo. Este período dura entre uno y dos años.

Duelo tardío
(años -¿de 2 a 4 años?- después de la muerte). Transcurridos entre 2 y 4 años, el doliente puede haber establecido un modo de vida, basado en nuevos patrones de pensamiento, sentimiento y conducta. Y aunque sentimientos como el de soledad, pueden permanecer para siempre, dejan de ser invalidantes.

Duelo latente
(con el tiempo…) A pesar de todo, nada vuelve a ser como antes, no se recobra la mente preduelo, aunque sí parece llegarse con el tiempo a un duelo latente, más suave y menos doloroso, que se dispara en cualquier momento ante estímulos que recuerden…

DUELO PATOLÓGICO
Entre un 10-34 % de los dolientes desarrollan un duelo patológico. Aumenta el riesgo de muerte principalmente por eventos cardiacos y suicidio; los viudos tienen un 50%  más de probabilidades de morir prematuramente, durante el primer año. Se relaciona inequívocamente con la aparición de problemas de salud: el riesgo de depresión en viudos/as se multiplica por cuatro durante el primer año.

PREDICTORES DE DUELO PATOLÓGICO
– FALTA DE SALUD FÍSICA O MENTAL
– AMBIVALENCIA AFECTIVA
– DUELOS REPETIDOS
– MAYOR FRAGILIDAD EN EL VARÓN

MUERTE REPENTINA

  • Muertes repentinas o inesperadas; circunstancias traumáticas de la muerte (suicidio, asesinato)
  • Pérdidas múltiples; pérdidas inciertas (no aparece el cadáver).
  • Muerte de un niño, adolescente, (joven en general).
  • Doliente en edades tempranas o tardías de la vida.
  • Muerte tras una larga enfermedad terminal.
  • Doliente demasiado dependiente; relación ambivalente con el fallecido.
  • Historia previa de duelos difíciles; depresiones u otras enfermedades mentales.
  • Tener problemas económicos; escasos recursos personales como trabajo, aficiones.
  • Poco apoyo sociofamiliar real o sentido; alejamiento del sistema tradicional  socio-religioso de apoyo (emigrantes).


CONSEJOS PARA SITUACIONES DE DUELO

Hay que evitar toma de decisiones, apoyarse en el entorno y saber que cada uno lo siente y lo expresa diferente.

  • Aclarar dudas referentes a la muerte de su familiar p. ej. causa de la muerte, si la atención fue o no correcta, si la enfermedad es hereditaria o no, etc.
  • Normalizar respuestas, evitar culpas.
  • Valorar los cuidados ofrecidos por la familia al enfermo de la forma mas objetiva posible.
  • Reorientar falsas creencias que dificultan la expresión de sentimientos. («mejor no recordar para no sufrir y olvidar», frente a «recordar y sufrir es el mejor remedio para olvidar» etc.).
  • Aconsejar para que no se tomen decisiones precipitadas, como venta de piso, cura geográfica, tener otro hijo, etc.
  • Informar sobre  evolución habitual del duelo, haciendo previsión de las dificultades que pueden surgir en el futuro.
  • Ofrecer la posibilidad de futuras consultas.