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COMPRADORES COMPULSIVOS

En Estados Unidos, definen al ser comprador compulsivo o shopaholic como «el arte de comprar lo que no se necesita con dinero que no se tiene». La prevalencia enla población está entre el 2 y el 8 % según difrentes estudios.
Según las pocas estadísticas disponibles a nivel  nacional, 9 de cada 10 compradores compulsivos son  mujeres.
A menudo se habla de esta disfunción como de una «adicción social», en el
sentido de que se da en grandes conglomerados urbanos y que, además, cuenta
con una suerte de permiso social para crecer y prosperar.
Podríamos decir que  es un conflicto que está estimulado pro el sistema Capitalista que a través de la publicidad genera necesidades y falsas soluciones . Además hay  características valoradas por la sociedad  y otras que son condenadas. «Ser generoso, es mejor que ser amarrete»

Al efímero placer le siguen los remordimientos, las peleas familiares por los gastos desmedidos, el sentimiento de culpa, la depresión y una ansiedad que sólo se apaga con un nuevo atracón consumista. Esta conducta tiene cierta similitud con la bulimia, de ahí que a estos compradores feroces e insaciables se les ha llamado «compradores bulímicos». La compra compulsiva comparte algunos rasgos con las conductas adictivas (se les llama también adictos a comprar o «shopaholics»), particularmente con la ludopatía o adicción al juego, pero sobre todo se parece a los llamados trastornos del control de los impulsos, como la cleptomanía o la piromanía. De hecho, prácticamente en lo único que se diferencian los cleptómanos y los compradores compulsivos es en que los primeros no pagan y éstos últimos sí, aunque a la postre muchos no puedan hacer frente a sus deudas.
Muy a menudo la necesidad obsesiva de gastar es un síntoma de algún trastorno psicológico. La compra compulsiva es muy frecuente en el contexto de los estados hipomaniacos, cuando la persona se encuentra especialmente eufórica, como un signo más de su conducta expansiva en muchos casos. Elliot también destaca que muchos compradores compulsivos son en realidad enfermos depresivos. No es infrecuente que la compra compulsiva se acompañe de trastornos de la alimentación, especialmente bulimia, y ocasionalmente de cleptomanía.

El perfil típico del comprador compulsivo es una mujer, en torno a la treintena, de no importa que clase social, que ha desarrollado este hábito a fuerza de comprar ropa, zapatos, joyas y productos de belleza. También hay hombres, aunque muchos menos, y sus preferencias se decantan por los aparatos eléctricos y las herramientas para el hogar. Pero nadie sabe cuál será el futuro de este nuevo síndrome, todavía no catalogado entre los trastornos mentales-
La compra compulsiva se desarrolla, por dos mecanismos: en unos casos este hábito inadecuado se adquiere básicamente a fuerza de repetir una conducta que en un principio resulta agradable y luego se realiza de forma compulsiva, mientras que en otros esta conducta hay que entenderla predominantemente como una evasión, como una forma inadecuada de hacer frente a los problemas personales.

Datos a recordar:

El hábito de compra puede convertirse en la llamada: «Actitud Compulsiva»
La actitud compulsiva es un comportamiento patológico, está considerada como dependencia psicológica.
Es el patrón de consumo compulsivo hacia una sustancia o actitud que origina tolerancia ( termina incorporándose y aceptándose), con síntomas de una conducta repetitiva que se traduce en patología.
Una vez realizada una acción, se libera el malestar momentáneamente, aumentando la depresión y la ansiedad, como en los cuadros obsesivo-compulsivos
Esta situación se enmarca dentro de las afecciones neuróticas, es decir se centra en torno a la tensión y su descarga.
En la compra compulsiva, el individuo actúa irracionalmente, comprando algo que tal vez no necesita y no usará.
El comprador impulsivo responde al deseo de poseer un producto, el compulsivo compra con el deseo de aliviar su tensión y ansiedad.
El comprador compulsivo intenta mejorar su autoestima y satisfacer necesidades emocionales.
Lo anterior va ocasionando una dependencia psicológica, llegando a perder el control de sí mismo.
La compulsión está considerada como un comportamiento ritual, recurrente, que a pesar de los intentos por resistirse al impulso, ocurre.
Los compradores compulsivos, en ocasiones actúan inconcientemente para eliminar el sentimiento de culpa que los agobia.
La culpa puede ser provocada por haber comprado algo que no usaron o que no necesitaban, por lo que la conducta se repite como una compensación para borrar «la conducta mala».
Cuando el comprador compulsivo se encuentra en una etapa avanzada de neurosis, llega a incurrir en el uso excesivo de sus tarjetas de crédito u otra forma de obtener dinero, incluso robando
Otras consecuencias psicológicas de la compra compulsiva son la angustia, la depresión, los remordimientos, la vergüenza y la baja autoestima.
Todos los síntomas anteriores provocan un alto nivel de estrés, que puede acarrearle al afectado enfermedades como la úlcera, hipertensión, depresiones profundas y frecuentes dolores de cabeza. Los artículos que los compradores compulsivos adquieren con más frecuencia son ropa, zapatos, cosméticos, joyería, aparatos electrónicos, artículos coleccionables, antigüedades, equipos de sonido, discos, piezas de arte, autopartes y regalos.
El comprador compulsivo es eminentemente racionalizador, la cual es una estrategia cognocitiva que implica inventar razones plausibles y aceptables para ocultar las explicaciones reales de sí mismo.
Los compradores compulsivos pueden encontrarse en todos los niveles socioeconómicos y compran cosas para ellos mismos o exclusivamente para otros.
Es frecuente que una madre justifique sus compras colmando de regalos a sus hijos.
También es frecuente que lo que compre nunca sea desempacado, y por consecuencia, nunca utilizado. La racionalización es que el objeto comprado ya perdió valor.

Tratamiento
El primer punto es entender el trastorno dentro de un contexto más amplio , priorizando el diagnóstico. Es decir no hay medicamentos «exclusivos» para una patología específica llamada comprador compulsivo.
Los indicadores más recientes sitúan a los inhibidores de la recaptación de la serotina específicos o no, como los más indicados. Por  otro lado las terapias de tipo comportamental, con intervención de elementos cognitivos, es decir sobre als ideas son las que han demostrado mayor eficación. Sin esta fase psicoterapéutica, aparentemente los síontomas vuelven a resurgir, por ello el uso desaconsejado de farmacoterapia aisladamente.