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COMO SE MIDE LA VIDA

La vida no se mide anotando puntos, como en un juego.

La vida no se mide:

  • por el número de amigos que tienes, ni por cómo te aceptan los otros.
  • según los planes que tienes para el fin de semana o por si te quedas en casa solo.
  • según con quién sales, con quién solías salir, ni por el número de personas con quienes has salido.
  • por las personas que has besado.
  • por la fama de tu familia, por el dinero que tienes, por la marca de coche que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.
  • por lo guapo o por lo feo que eres, por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos, ni por el tipo que música que te gusta.

La vida, simplemente, no es nada de eso…

La vida se mide según:

  • a quienes amas y a quienes dañas.
  • la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros.
  • los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas.
  • lo que dices y lo que haces y de lo que quieres decir o hacer, sea dañino o benéfico.
  • los juicios que haces, porqué los haces y a quién o contra quién los comentas.
  • a quién ignoras a propósito.
  • los celos, el miedo, la ignorancia y la venganza que albergas.
  • el amor, el respeto o el odio que llevas dentro de ti, cómo lo cultivas y cómo lo riegas.
  • cómo usas tu vida para alimentar el corazón de otros.

Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar a otros.

La vida se mide por

esas decisiones.

Hacer un amigo es una gracia.

Tener un amigo es un don.

Conservar un amigo es una virtud.

Ser un amigo es un honor y un privilegio