Saltar al contenido

Balances

Acostumbramos a hacer balances los fines de año, y muchas veces nos castigamos por no haber obtenido buenos resultados.
Yo creo que diariamente hay que repasar el día, cada noche al acostarse, pero no con sentido crítico, sino con la mirada de un testigo neutro. Una conciencia que repasa los hechos y observa reacciones, sentimientos, pensamientos.

Lo que ocurrió no se modificará, fue lo que fue, lo mejor y lo único que pudo ser. Tomar conciencia nos permite conocernos y ésa es la mejor manera de crecer. No porque nos lo propongamos sino porque cuanto más profundizamos en nosotros, más cambiamos.
La condena y el juicio sólo nos llevan a la culpa y la bronca, y ésta nuevamente a la culpa en un círculo vicioso que no ayuda en nada.

La conciencia plena, en cambio, nos acerca al sí mismo. Jung incluía en este término: “Sí mismo” tanto lo conciente como lo inconsciente, él decía que cuando realmente nos conectamos con lo más profundo, eso que él llamaba inconsciente colectivo, nos conectamos con el Todo.

Según él después de la treintena la mayoría de las personas tenían crisis existenciales y yo a través de mi experiencia clínica, apoyo esta afirmación, son crisis de sentido. La terapia debería ayudar a conectarse con el sí mismo para hallar respuestas que serán individuales, para cada uno.

Este ejercicio de anamnesis, que significa rememorar lo ocurrido, sin crítica, sin detenernos para no darnos manija con algo o pensar cómo debería haber sido hecho, es lo que nos conecta con esa parte de nosotros que permanece en el interior inexplorado. Sólo basta una mirada atenta y neutra al mismo tiempo, una mirada de aceptación para que su sentido aflore. No es necesario explicarnos nada, nuestro inconsciente seguramente encontrará una manera simbólica de hacerlo a través del sueño.
Esta técnica favorece el sueño onírico posterior como ya veremos en un próximo artículo. Sugiero leer además el artículo de MINDFULNESS y mirar el video.